Es el gran día. La Iglesia y la liturgia, rebosantes de gozo pascual, celebran la Resurrección de Cristo en la Santa Misa de Pascua.
La Cofradía de la Vera Cruz concluía los ritos de la Semana Santa consumiendo el Cordero Pascual, siguiendo el mandato divino registrado por vez primera en Éxodo 12, 3-11. En la tradición cristiana, el Cordero Pascual prefigura simbólicamente a Cristo, el Cordero de Dios, que nos redime mediante el derramamiento de su sangre, particularmente en el banquete de la Eucaristía o nueva Pascua. Hasta hace no muchos años (1987) tal acto se llevaba a cabo en un desayuno matinal, en casa del Mayordomo, después de lo cual el Mayordomo y el Ayudante junto con los regidores recorrían el pueblo implorando limosna para el predicador (tal costumbre cesó en 1993).
En la actualidad, el Mayordomo invita, a la hora de la comida, a compartir el Cordero Pascual al Sr. Cura Párroco, al Ayudante, a los regidores y a sus familiares cercanos en algún restaurante de la localidad. Acto de confraternidad bajo el signo del Resucitado.
Cordero sin pecado,
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
(Secuencia del Domingo de Resurrección)